Enviar mensajes 
Enviar mensajes 
LUNES | 22 de marzo de 2004
Buscador Avanzado
T.20°  H.68%  S.T.19°
  Por José Pablo Dapena
En defensa de los bonos atados al crecimiento
El Gobierno ha estado evaluando la posibilidad de ofrecer a los acreedores como parte del proceso de reestructuración de la deuda en default un instrumento con un componente de repago atado a las perspectivas de crecimiento de la economía.
 

Dicho instrumento es sumamente relevante. La tasa de crecimiento de la economía argentina se encuentra entre las mas volátiles del mundo, y esto no es compensado con un promedio de crecimiento que la justifique.
 

Los valores de los activos en valor presente se encuentran asociados, de una u otra manera, a dicha tasa, por lo que una tasa volátil repercute en valores volátiles.
 

La contraparte del valor de cualquier activo es el financiamiento, que se puede producir básicamente por emisiones de deuda o de certificados de participación (equity). La diferencia entre ambos es que la deuda implica compromisos fijos mientras que la participación es residual y fluctúa en base al valor del activo que la respalda.
 

Economías volátiles debieran utilizar instrumentos de participación, que permiten adaptar pagos a la realidad cambiante, evitando compromisos fijos en crisis.
 

El Gobierno, por su naturaleza, no puede emitir certificados de participación, como lo haría una empresa privada, sino que emite bonos. Su valor, sin embargo, cae debajo de su valor nominal en situaciones de crisis, reflejando la potencial pérdida en caso de default, lo que lo asemeja a un certificado de participación.
 

Este efecto es asimétrico: cuando las cosas andan muy bien, los tenedores de deuda no participan de la totalidad de la suba sino hasta el valor nominal.
 

Cuestión de expectativas
 

Pero estos bonos pueden llevar una cláusula de ajuste, en la cual existe un componente fijo y uno variable, que dependerá de las expectativas que enfrenta la economía.
 

Eso permite acomodar mejor la situación de pagos a los escenarios cambiantes y, adicionalmente, actúa como un aliciente para los tenedores de bonos.
 

Para ejemplificar este fenómeno, tomemos la siguiente aproximación a la realidad: un superávit primario fijo de u$s5.000 M anuales tomado como una perpetuidad (bajo la fórmula de descuento de una anualidad “S” a una tasa “r”, “S/r”, y consistente con una hipótesis de roll over permanente de deuda), descontado a una tasa de 6% (optimista), implica un valor presente de u$s83.000 millones. Si a ello le sumamos un estimado de u$s12.000 M de reservas, obtenemos u$s95.000 millones.
 

La deuda argentina se aproxima a los u$s180.000 M, restándole la deuda "performing" de aproximadamente u$s80.000 M (y suponiendo que las tasas de la misma converjan a 6% también). Así, obtenemos un excedente en valor presente de u$s15.000 M, para atender una deuda en default acumulada de u$s100.000 millones. Esto nos indica una paridad de 15%, o de u$s15 por cada u$s100 en default.
 

Este sería el arreglo posible ofreciendo deuda simple. Pero proponiendo bonos con valor ajustado por crecimiento, esta paridad se hace más alta (se ajusta la fórmula de valor presente de la forma “S/(r-g)” donde “g” es crecimiento esperado).
 

Si la tasa de crecimiento es de 2%, conforme la fórmula, el valor presente salta a u$s125.000 M más las reservas. Siguiendo el ejemplo anterior, se sitúa la paridad en 60%; si la tasa es de 3%, la paridad se sitúa casi en 100%, es decir el espacio para la revalorización es por contrato y significativo.
 

No debemos dejar de lado que quizá el 6% de interés sea menos creíble que 10%, pero el análisis es válido siempre y cuando el spread entre la tasa de descuento y expectativa de crecimiento se mantenga (es decir que la tasa de crecimiento sea mayor).
 

En este análisis simple no hemos tomado consideraciones de tipo de cambio, que obviamente influyen, pero vemos del mismo que el crecimiento impacta de manera exponencial en la paridad de bonos ajustados por dicha variable.
 

Si adicionalmente tenemos en cuenta que, de darse una salida ordenada del default, es potencialmente posible crecer a tasas más aceleradas, vemos que el aliciente de la cláusula de crecimiento (siempre y cuando sea instrumentado de manera transparente y creíble) es un atractivo muy interesante en el proceso de reestructuración.
 

Obviamente que no será aplicable al total de la deuda y existirá un menú variado de ofertas, y que las aproximaciones hechas son muy simples, rápidas y no tan exactas, pero el resultado es más que interesante.

»
» Agustín M. Romero
» Agustín Pieroni
» Alberto Benegas Lynch (h)
» Alejandro A. Tagliavini
» Ana I. Eiras
» Andrés Fink
» Andrés Fontana
» Ariel Cohen
» Armando J. Geretto
» Arturo Navarro
» Carlos Alfredo Rodríguez
» Carlos Arbía
» Carlos Fayt
» Carlos Malamud
» Daniel Sticco
» Doris Capurro
» Eduardo De Simone
» Eduardo Luis Curia
» Eduardo Sigal
» Emilio J. Cárdenas
» Enrique Szewach
» Fabián Doman
» Francisco Marra
» Gabriel J. Zanotti
» Héctor O. Feole
» Javier García Labougle
» Jorge Alberti
» Jorge Avila
» Jorge Castro
» Jorge García
» Jorge Grecco
» José Ignacio García Hamilton
» Juan Manuel Vazquez
» Julio A. Piekarz
» Julio Burdman
» Julio E. Lalanne
» Luciano H. Elizalde
» Luis Alberto Rosales
» Mario Baizán
» Martín Simonetta
» Oscar Camilión
» Pascual Albanese
» Patricia Bullrich
» Rafael Bielsa
» Ricardo Delgado
» Ricardo López Göttig
» Roberto Bosca
» Rosendo Fraga
  Copyright © 2002 InfoBAE Argentina SA. Todos los derechos reservados