Un grupo de delincuentes de poca monta planea el asalto a un banco y pese a que la empresa está muy por encima de sus capacidades, el golpe sale a la perfección. En el transcurrir, se dejan escuchar "El Asalto" de M. Batistella, "Dame mi Libertad" de Sucher y Bahr y el clásico "Cafetín de Buenos Aires" de Mores y Discépolo.